Posts Tagged “despilfarro”

Aquellos que no peinamos canas todavía pero que casi estamos en ello pues estamos en edad de merecer, tenemos una cierta predilección por un medio de transporte que conocimos siendo niños y que de forma inexplicable nos robaron. Se trata evidentemente del tranvía, ese medio que ahora vuelve a la modernidad disfrazada de ecología y vete-tú-a-saber.

Los recuerdos de este sistema de movilidad urbana son lejanos pero sugerentes. Yo fui más asiduo del trolebús ya que conducía del centro a mi barrio pero de vez en cuando también lo tomaba. Era curioso…

Entre esos recuerdos destaco dos. El primero es vivido por mí mismo y es el de ver a los zagales montarse en la parte trasera (con el riesgo que tenía, por dios…) bajo los gritos del cobrador (que había cobrador y conductor, claro, dos puestos de trabajo, ¡a ver si aprendemos…!) y desenganchar el trole (barra que conducía la corriente eléctrica desde los cables) dejando al pobre tranvía tirado.

Fotografía del tranvia de Zaragoza en los años 50 tomada del sitio web de Rafael Castillejo en www.zaragozadirecto.com

Fotografía tomada del sitio web de Rafael Castillejo en www.zaragozadirecto.com

El segundo es contado en boca de mi padre. Él decía que en cierta época (no sé muy bien cuando sería) se enfrentaron varias veces la Sociedad Deportiva Huesca y el Real Zaragoza en partidos de fútbol. Digo que no sé muy bien cuándo porque no ha habido excesivos derbies entre ambos equipos hasta el año pasado, tal vez fuera en el anterior, allá por el año 50… Pues bien, parece ser que en uno de ellos celebrado en Huesca, los zaragozanos fueron al partido y previo a éste se pasearon por los Porches de Galicia y el Coso de Huesca con tranvías de juguete demostrando la “modernidad” que suponía tener ese medio de transporte que la capital altoaragonesa no poseía. Era un pique casi inocente aunque, siempre bajo la versión de mi informante, se producían ciertos mosqueos.

Pero llegó el partido de vuelta en el que los seguidores oscenses aparecieron en el campo de fútbol de Torrero (todavía no existía “La Romareda”) con una pancarta plegada y misteriosa que no abrieron hasta comenzado el partido. En ella se podía leer: “Las orillas del Isuela saludan a los bordes del Ebro“.

Campo de fútbol de Torrero en Zaragoza. Fotografía de Ángel Aznar, tomada del sitio web de Rafael Castillejo en www.rafaelcastillejo.com

Campo de fútbol de Torrero en Zaragoza. Fotografía de Ángel Aznar, tomada del sitio web de Rafael Castillejo en www.rafaelcastillejo.com

(Por cierto, visita la página de Rafael Castillejo que guarda verdaderas joyas fotográficas de esa Zaragoza perdida)

Me encanta la anécdota en la que el tranvía parece que posee un significado de modernidad que en estos tiempos, y de la mano de nuestro augusto alcalde Belloch, vuelve a repetirse.

Y es que, según parece, el tranvía ha vuelto como símbolo de progreso para las ciudades que pueden permitirse el lujo de tenerlo. Las elegidas no son muchas, ahora veremos porqué, pero supongo que dentro de los parámetros de ciudad moderna (como uno que leí consistente en tener un Ikea) éste es de los importantes.

Por ello, por este progreso y por mis recuerdos infantiles relacionados con el tranvía, me hacía cierta ilusión su implantación. Pero una vez tomada la decisión por nuestro ayuntamiento, uno empieza a preguntarse ciertas cosas que tienen una respuesta un tanto dudosa.

Lo primero es, evidentemente, el coste. He intentado indagar un poco y me he estremecido. Vamos a ver: según el presupuesto inicial (que sabemos que se incrementará en un 50%, al menos, según la tónica general) es de 400 millones de euros, como indica la propia web del Ayuntamiento de Zaragoza sobre el tranvía. No está nada mal, la verdad.

Y como uno, deformación total, es un tanto amigo de las cuentas, me he dedicado a hacer alguna. Lo primero que he consultado cuál es el presupuesto en transporte actualmente: según el propio Ayuntamiento de Zaragoza en la presentación del proyecto de presupuestos del 2009 declara que son 28.946.026 €. Bueno, si incluímos la inversión de 5,5 millones en 24 nuevos autobuses y la parte correspondiente del Centro de Control de Tráfico, pondremos unos 35 millones al año de gastos de transporte. No sé si me dejo algo, pero creo que no.

Así las cosas, podemos deducir lo siguiente:

  • Con el dinero de inversión en el tranvía podemos financiar 11 años de transporte con autobuses como ahora, renovando 25 cada año. Dicho de otra forma, con ese dinero podemos hacer gratis el autobus 11 años para los zaragozanos; ¡buena forma de fomentar el transporte público!
  • O bien, podemos mejorar el transporte actual. Imaginemos que invertimos otro tanto que lo que se gasta ahora cada año (es decir, en vez de 35 millones, dediquemos 70 millones al año). Podemos, por ejemplo, doblar el número de autobuses y con ello reducir a la mitad la frecuencia en las líneas. ¡Otra buena forma de fomento!
  • Pero también podríamos hacer el tan socorrido reparto. Tomamos los 400 millones y los repartimos entre los 650.000 zaragozanos para que ellos mismos mejoren su transporte. Pues nos toca a más de 600 €.

En fin, sé que estas cuentas no valen mucho pero sí que es obvio el despilfarro. Es un antojo con un coste desmesurado. Uno a veces piensa que ayuntamientos de este tamaño necesitan obras gigantescas para… Lo digo de otro modo: un 5% de 400 millones son 20 millones de euros que no son difíciles de acabar en algunos bolsillos. Hacen falta muchas obras menores para una cantidad así, notándose mucho más.

Lo cierto es que no quiero acusar, pero haberlas, haylas…

La segunda pregunta está en el uso y su rentabilidad. Sólo se trata de una línea, bien es cierto que en un trayecto que recorre áreas muy pobladas, pero no sé si se justifica. Desde luego, yo poco mal daré allí (además de que últimamente sólo cojo bicicleta para todo) pues no se aproxima a mis trayectos habituales.

Recorrido del tranvía zaragozano

Recorrido del tranvía zaragozano

La tercera me ronda en las afecciones que resulten. Por un lado las de la construcción de la plataforma que de entrada ya se ha cargado (de nuevo, cielos) unos cuantos árboles en el Paseo de Isabel la Católica y que se repetirán en otros entornos. No me quiero imaginar cómo puede afectar en Gran Vía, donde ahora trabajo (de hecho ya hemos tomado medidas para trasladar servidores porque no ganaremos para discos duros estropeados y, sobre todo, para sustos). Pero por otro las posteriores: el aumento del caos en el tráfico (no creo que muchos zaragozanos dejen el coche por existir el tranvía, sinceramente), los probables accidentes, la continuidad en el servicio, etc.

La verdad es que son muchas dudas, demasiadas. No me quiero negar a la modernidad (a la que tan aficionados se vuelven los alcaldes socialistas zaragozanos en sus segundos mandatos: Ramón Sainz de Varanda, Antonio González Triviño (ufff…) y Juan Alberto Belloch Julbe) pero el coste es desorbitado para el servicio que prestará.

Me temo que habrá otros intereses además de los oficiales…

PS: Por cierto, hacía un montón que no escribía aquí. Y que ancho me he quedado…

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